En primera instancia, es fundamental comprobar la superficie sobre la cual se va a trabajar, puede haber la presencia de clavos o partes metálicas que impidan el avance normal de la fresa, e incluso estos objetos pueden dañar la herramienta.
También es importante asegurarse que la base de la fresadora esté bien sujeta y colocada en forma plana contra el material que se desea cortar. Así se mejora la estabilidad y el control de la máquina.
Previo a cualquier manipulación, no olvidarse de desenchufar el aparato y esperar a que la fresa se detenga. Bajo ninguna circunstancia entremeterse mientras esta hace su trabajo.
Cuando cambiemos la fresa, es necesario verificar que se encuentre bien ajustada. De modo contrario, puede soltarse o desajustarse, y esto provocaría una perdida de control de la herramienta.
Cuando cambiemos la fresa, es necesario verificar que se encuentre bien ajustada. De modo contrario, puede soltarse o desajustarse, y esto provocaría una perdida de control de la herramienta.
No se puede tocar la fresa ni hacer su cambio justo después de que haya finalizado un corte. Esto se debe a que la fricción provocada la habrá calentado lo suficiente como para causar quemaduras en manos desnudas. No es recomendable que se suelte la herramienta a medida que se para el giro del motor, porque la fresa continúa en movimiento y se puede enganchar provocando daños indeseados.
Otra precaución a tener en cuenta respecto de las fresas, es que éstas deben estar afiladas y en buen estado. Una fresa dañada se puede romper durante el trabajo, y en caso de estar mal afilada, se requerirá mayor fuerza de trabajo, lo que contribuye al mayor deterioro de la pieza y a que se pueda romper con facilidad.
Por último, el uso de gafas de seguridad y una mascarilla antipolvo hacen a la instrumentación óptima para el manejo de este tipo de máquinas. Evitar la entrada de partículas de polvo tanto en los ojos como en las mucosas, son prioridad para la salud del operario.
Otra precaución a tener en cuenta respecto de las fresas, es que éstas deben estar afiladas y en buen estado. Una fresa dañada se puede romper durante el trabajo, y en caso de estar mal afilada, se requerirá mayor fuerza de trabajo, lo que contribuye al mayor deterioro de la pieza y a que se pueda romper con facilidad.
Por último, el uso de gafas de seguridad y una mascarilla antipolvo hacen a la instrumentación óptima para el manejo de este tipo de máquinas. Evitar la entrada de partículas de polvo tanto en los ojos como en las mucosas, son prioridad para la salud del operario.
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