En el mundo del marcado y grabado láser por fibra, una de las preguntas más frecuentes al momento de elegir un equipo es:
“¿Qué diferencia hay entre una máquina de 20 W y una de 100 W?”
A simple vista ambas pueden parecer similares: comparten el mismo tipo de cabezal galvanométrico, utilizan fuentes láser de fibra dopadas con itrio e iterbio, y trabajan con longitudes de onda de 1064 nm. Sin embargo, la potencia del láser determina profundamente la velocidad, la profundidad de grabado y la capacidad de marcar diferentes materiales.
Elegir correctamente la potencia no solo optimiza los resultados, sino que también evita gastar de más o limitar el potencial del equipo.
Cómo influye la potencia en un láser de fibra
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Velocidad de marcado
A mayor potencia, es posible trabajar con velocidades de escaneo más altas manteniendo una buena intensidad de grabado.
Un láser de 100 W puede marcar a varios metros por segundo, reduciendo significativamente los tiempos de producción frente a uno de 20 W. -
Profundidad y tipo de material
Un láser de 20 W es excelente para marcar acero inoxidable, aluminio anodizado, titanio o plásticos técnicos.
Pero si el objetivo es realizar grabados profundos en metales duros, eliminar pintura o realizar texturizados superficiales, la potencia adicional de un 100 W resulta esencial.
Con más energía por pulso, se puede alcanzar mayor profundidad en menos pasadas y con mejor uniformidad. -
Calidad del grabado
En potencias bajas, el enfoque y la densidad de energía deben ser ajustados con precisión para evitar falta de contraste o quemado superficial.
En potencias mayores, se dispone de un margen más amplio para regular parámetros sin comprometer la calidad del resultado.
Grabadora de fibra de 20 W: precisión y detalle
Los equipos de 20 W son los más comunes en entornos de marcaje fino, serializado y de bajo volumen.
✅ Ventajas principales:
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Excelente definición de detalles pequeños y textos diminutos.
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Bajo consumo eléctrico y mínima necesidad de refrigeración.
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Ideal para placas de identificación, componentes electrónicos, piezas pequeñas y logotipos.
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Precio accesible y mantenimiento prácticamente nulo.
⚠️ Limitaciones:
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Menor velocidad de producción en grabados extensos.
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No recomendada para grabados profundos o trabajos de remoción de material.
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Puede requerir múltiples pasadas en aceros o aleaciones duras.
En resumen, una máquina de 20 W es perfecta para marcado de precisión donde la prioridad es la nitidez y no la velocidad.
Grabadora de fibra de 100 W: potencia para producción y grabado profundo
Un sistema de 100 W representa un salto hacia el entorno industrial y de producción continua.
Además de una fuente láser más potente, suele contar con una óptica optimizada y un sistema de refrigeración más robusto para mantener la estabilidad del haz durante largas jornadas.
✅ Ventajas principales:
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Mayor velocidad de grabado y remoción de material.
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Posibilidad de grabar en profundidad sobre acero, bronce, hierro, aluminio y titanio.
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Capacidad de realizar marcado negro en acero inoxidable (annealing) con mejor contraste.
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Ideal para series largas, aplicaciones industriales y trabajos que requieren durabilidad del grabado.
⚠️ Consideraciones:
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Precio inicial más alto y mayor consumo eléctrico.
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Menor margen de error: una potencia excesiva puede dañar piezas finas o fundir bordes si no se ajusta correctamente.
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Requiere una parametrización más cuidadosa para grabados de detalle.
En pocas palabras, un láser de 100 W está diseñado para producción intensiva, grabado profundo y alta velocidad, donde cada segundo cuenta.
La elección depende del tipo de aplicación y del volumen de trabajo.
Si tu prioridad es la precisión, el bajo costo y el grabado fino, una fibra de 20 W será más que suficiente para la mayoría de las tareas de identificación o personalización de piezas.
En cambio, si buscás velocidad, capacidad de remoción de material o trabajo continuo, la fibra de 100 W te ofrecerá una ventaja significativa, reduciendo tiempos de ciclo y ampliando el rango de materiales y acabados posibles.
En definitiva, más potencia no siempre significa mejor resultado, pero sí mayor capacidad de trabajo. La clave está en elegir el equipo que se ajuste a la realidad de tus proyectos, tu presupuesto y el volumen de producción que querés alcanzar.


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